La religión romana era politeísta, es decir, se rendía culto a más de un dios. Para la mentalidad romana, cualquier acción individual o colectiva en la vida humana implicaba la participación, activa o pasiva, de las divinidades. Los romanos creían en dos clases de dioses:
-Los encargados de velar por el hogar: unían a la familia. Por ejemplo: se encomendaban a los lares protectores de los campos, a los manes protectores de la casa, los penates protectores de los alimentos...
-Los dioses encargados del mundo público: patriotismo y respeto al Estado.
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